Sinopsis sobre este libro
La democracia y el mercado son instituciones sociales que parecen adecuadas para proteger el ejercicio de la libertad individual, pero libradas a su propio dinamismo presentan una tendencia a la autodestruccion que permite calificarlas de "suicidas." La virtud democratica por excelencia, la tolerancia, tampoco puede abandonarse a su propia inercia sin correr el riesgo de convertirse en una postura insensata para la cual todo valga, independientemente de cualquier consideracion moral. Para evitar que la democracia se sacrifique a si misma, que la tolerancia sea tan solo una expresion de impotencia relativista y que se confunda la diversidad cultural con el relativismo moral, es necesario fijar limites basados en algun criterio etico que distinga las buenas de las malas razones. A partir del reconocimiento de una relacion fuerte entre la etica y la politica, y confiriendo una importancia central a la autonomia de las personas, Ernesto Garzon Valdes ofrece en esta coleccion de ensayos una serie de soluciones para contrarrestar esa preocupante "tendencia suicida" de algunos de los pilares de la sociedad liberal.