Sinopsis sobre este libro
Resumen: "Aura", durante todo el siglo XIX, es una palabra que se oye facilmente, se aplica a nuevos usos con placer y diligencia; un tratado de 1836 atribuye la fecundación al aura del semen; el efluvio de puntas metálicas cargadas de electricidad es denominado aura; tambien el aturdamiento que precede al ataque epileptico y, por extension, al delicioso extravio y gozoso miedo que anuncian la poseción en la macumba y en vudu. Luego "aura" se ha convertido en una palabra desusada, y ha ocurrido de repende porque hemos dado cuenta de que hoy se vive entre personas y cosas en serie, que por antonomasia no irradian nada; sutiles modificaciones, inexorables declives apagan los lugares y a la gente. A nosotros nos falta la ocasión para utilizar la palabra que pronto cesa de sonar aulica y vaga, precisamente cuando, en raros lugares ilesos de Oriente, un aura se nos acerca con toda su fuerza. Todavia acontece : en los campos mas remotos de la India, entre los prados ondulados de color esmeralda, junto a los estanques de nenufares, la intensidad de las miradas aturde; cuando en las perfumadas serpentinas de los mercados persa transitan tintineando las nomadas, decoradas como baldaquines, uno se queda deslumbrado ante sus ojos, en los que tiembla la reverbelación del desierto. Nos estremecemos, nosotros que tenemos los sentidos ofuscados por la diuturna monotonia grisacea; eso es lo que querian decir los romanos cunado hablaban de lugares o de personas "geniales"; o los griegos cuando decian "demonicos".