Sinopsis sobre este libro
En la actualidad prima el enfoque homogenizador, en donde se enseña a partir de una atención grupal y uniforma, sintiendo la obligación de obtener calificaciones, viéndose entonces la evaluación de forma disociada del proceso de Educación, siendo el memorismo y repetición las habilidades centrales de este enfoque, por consiguiente como menciona Ahumanda, P. (2003) "la evaluación cumple un papel poco auténtico, toda vez que los procedimientos evaluativos utilizados resultan incapaces de obtener evidencias reales de aprendizaje más de un mero recuerdo o evocación de un determinado conocimiento" (p.35).
En este escenario surge una nueva propuesta, en que la evaluación está incluida dentro del proceso de enseñanza-aprendizaje, logrando evidencias mucho más fidedignas, reflejando el cómo aprende el educando, entregando mayor relevancia al proceso de aprender que al producto final que entrega una actividad evaluativa. Las técnicas e instrumentos serán nuevas, incluyendo la autoevaluación y la coevaluación, importando que sea el aprendiz quién construya las respuestas para su evaluación, surgiendo nuevas formas, tales como, pruebas a libro abierto, pruebas situacionales, mapa semíticos, entre otras, con fin último el aprendizaje, no la calificación.